Después de pasar a Anibal por la ducha y adornarlo con cintas con los colores de la bandera tibetana, me dirigí, tal y como estaba previsto, hacia la Fundació Casa del Tibet de Barcelona. Tenía que llegar a las 20h, y no por capricho: era el "Día Internacional del Refugiado" y a esa hora estaba prevista la inauguración de la exposición "Tíbet al cor - Tibet en el corazón" de la fotoperiodista Roser Vilallonga. Una muestra de 25 fotos en gran formato firmadas por personalidades de la cultura, la política y el deporte que se solidarizan con el pueblo tibetano (vea las fotos de los firmantes aquí).
La recepción en Barcelona ha sido, sin exagerar, la más calurosa y emotiva de todo el tour. Cerca de 50 personas me esperaban en la puerta de la Fundació Casa del Tibet, ondeando banderas tibetanas y luciendo camisetas pro Tibet.
Pedí a cada uno para que, desde sus posibilidades y condiciones, aprovechasen la mínima oportunidad para sensibilizar, concienciar y colocar su granito de arena a fin de que nadie olvide al Tibet y su causa, pues no se trata sólo de proteger a un pueblo que sufre un genocidio cultural desde hace casi 50 años, sino de salvaguardar una cultura milenaria que debiera ser considerada, por su importancia histórica y espiritual, patrimonio de la humanidad.
FOTO: El saludo de Ken, recién estrenado presidente de la Comunidad Tibetana de Barcelona.
FOTO: Un pequeño discurso sobre la experiencia. Y, de momento, final de trayecto.