Después de pasar a Anibal por la ducha y adornarlo con cintas con los colores de la bandera tibetana, me dirigí, tal y como estaba previsto, hacia la Fundació Casa del Tibet de Barcelona. Tenía que llegar a las 20h, y no por capricho: era el "Día Internacional del Refugiado" y a esa hora estaba prevista la inauguración de la exposición "Tíbet al cor - Tibet en el corazón" de la fotoperiodista Roser Vilallonga. Una muestra de 25 fotos en gran formato firmadas por personalidades de la cultura, la política y el deporte que se solidarizan con el pueblo tibetano (vea las fotos de los firmantes aquí).
La recepción en Barcelona ha sido, sin exagerar, la más calurosa y emotiva de todo el tour. Cerca de 50 personas me esperaban en la puerta de la Fundació Casa del Tibet, ondeando banderas tibetanas y luciendo camisetas pro Tibet.
Wangchen-la (foto izq.), que tuvo que venirse el día 18 en avión para dirigir la Puja de Luna LLena, fue el primero en saludarme. Después de superar el trago de los aplausos de bienvenida, les conté en pocas palabras mis impresiones sobre el tour y les transmití la necesidad inaplazable de seguir actuando.
Pedí a cada uno para que, desde sus posibilidades y condiciones, aprovechasen la mínima oportunidad para sensibilizar, concienciar y colocar su granito de arena a fin de que nadie olvide al Tibet y su causa, pues no se trata sólo de proteger a un pueblo que sufre un genocidio cultural desde hace casi 50 años, sino de salvaguardar una cultura milenaria que debiera ser considerada, por su importancia histórica y espiritual, patrimonio de la humanidad.
FOTO: El saludo de Ken, recién estrenado presidente de la Comunidad Tibetana de Barcelona.
FOTO: Un pequeño discurso sobre la experiencia. Y, de momento, final de trayecto.
Continuará...
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