sábado, 7 de junio de 2008

HAMBURGO: ciudad libre y llena de sorpresas










7 y 8 de Junio
La bienvenida a Hamburgo de una
amiga uruguaya que se acercó a
mostrame su cariño y su buen gusto,
ofreciéndome las "delicatessen" que
traía en la cestita de su bici.

Llegar a Hamburgo en un domingo tiene algo de mágico y sorprendente. Los edificios parecen adormilados y la gente más que verse, se intuye. Lo primero que hice fue dirigirme al centro, al Ayuntamiento, para constatar que, como en todos los ayuntamientos europeos, los domingos están cerrados. Pero la ida hasta allí no fue en vano: primero me recibió una joven uruguaya que viono a mostrame su cariño y apoyo ofreciéndome "delicatessen" que traía en su bicicleta. De pronto apareció un reportero gráfico de la prensa alemana que decidió acompañarme por la ciudad mientras producía su reportaje sobre el "Tour of Peace - Marathon for Dialogue".












Domingo en el centro de Hamburgo:
todo cerrado como en el centro de
cualquier gran ciudad.



Reportero alemán que me acompañó
desde el momento en que me vió llegar
a la ciudad.


Paseando por los alrededores de los lagos formados por el famoso Alster, afluente del Elba, imágen típica de Hamburgo, veo a lo lejos una bandera tibetana en un parque. Al acercarme veo que un grupo de budistas tibetanos estaba celebrando el paranirvana y la iluminación de Buda. Ellos no se podían creer que llevaba desde el día 28 recorriendo ciudades europeas con el objetivo de informar sobre nuestra campaña y llevar una petición a Estrasburgo.

Compartieron conmigo sus esperanzas en relación a la solución del conflicto Tibet-China y se emocionaron al ver que hubiera gente dispuesta a ir hasta las puertas del Parlamento Europeo a pedir que no olviden al Tibet.

Luego me fui encontrando con personas de las más distintas procedencias: kurdos, sudamericanos, hermanos venidos de Macedonia, además de los mismos alemanes de Hamburgo, siempre cercanos.

Lo que más me conmovió en Hamburgo, sin embargo, fue encontrarme sobre el capó del coche, cuando venía de comer, una bolsa preciosa, con adornos orientales, llena de chocolates, frutos secos y golosinas, sin ninguna nota escrita, sin alardes de protagonismo ni afán de poeteridad, sólo un sutil mensaje sobreentendido: ¡buen y auspicioso viaje!










Con una de las amigas tibetanas que participaban
de la celebración del paranirvana de Buda.












Un simpatizante chino se acerca a expresar su
apoyo, acompañado de un amigo alemán.

Con el amigo kurdo Mehemet,
frente a surestaurante, otro simpatizante de la causa tibetana.


Con los amigos afganos Ehsan You y Hossin; y Lani,
de Macedonia.



Tras más un día de campaña, hora de recogerse y
descansar, antes de afrontar 700 km hasta llegar
a Viena.

2 comentarios:

Unknown dijo...

What a clear indication of the resentment towards the Chinese government treatment of the Tibetan people crossing all nationalities. I hope the governments of these countries represented by these people take heed of their opinions and work toward compelling China to engage in the peaceful and swift resolution to this unjust and illegal occupation of a sovereign country.

Xavier dijo...

Os deseo lo mejor en vuestro proyecto.
El conflicto del Tibet debe resolverse de forma dialogada y este es, sin lugar a dudas, un buen momento para ello.

Mucha suerte amigos!